sábado, 28 de junio de 2008

Viva Suchard y su fruta madre!


Esta semana tengo cantidad de idioteces que comentar. Así que por innovar un poco, las iré soltando poco a poco, en entradas cortas con su correspondiente foto. Sobra decir que iré actualizando según tenga tiempo, esté de humor y no esté cansado. Y es que como el resto de mis congéneres del blog, también padezco cronismo*.
Os cuento qué me ha llevado a actualizar hoy el blog: la gula. En ese mágico periodo de tiempo entre la comida y la merienda, en el que uno tiene hambre aunque el cuerpo no lo necesite y sólo puede satisfacer esa necesidad enguyendo lo que no debe , estaba yo merodeando por la cocina preguntándome qué me iba a zampar.
He abierto la puerta del armario, me he agachado para buscar entre botes y sacos de cosas poco apetecibles hasta encontrar lo que yo ya sabía que estaba ahí, la tableta de chocolate milka.
Todos sabemos por qué mola más el chocolate Milka: porque hicieron más gruesas las onzas de tal forma que la barrera psicológica del número de onzas ya no era un problema para comer más. Daba igual que las onzas fueran dos tercios más grandes que las anteriores. Seguimos comiendo las 8 onzas de rigor porque siguen siendo 8 ¡y punto pelota! Aunque sepamos de sobra que nos estamos metiendo bastante más chocolate del que nos corresponde.
Pues bien, ¡regocigémonos! ¡Milka lo ha vuelto a hacer! ¡Ahora 8 onzas de chocolate milka equivalen a un ladrillo de hormigón!¡¡¡¡¡¡Viviiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiir!!!!UNO!!
Según he visto el cartelito de "25% gratis", se me ha puesto dura. Sabía lo que iba a encontrarme. Y como una imagen vale más que mil palabras, os dejo la foto más ilustrativa que he podido hacer. 14mm de grosor de onza de chocolate. Dios existe.

*Cronismo: un huevo colgando y el otro lo mismo

martes, 24 de junio de 2008

Los buenos habitos (y maneras) se pierden

Me siento en una posición privilegiada, porque yo, a pesar de ser blogger de Diarrea Mental, en la práctica soy más lector que otra cosa. Pero bueno, ¿qué esperar de un blog en el que son más los redactores que los lectores? Digamos que soy el representante de los lectores (cuanta responsablidad a mis espaldas...) El caso es que a lo que vengo es a justificar que mis compañeros hayan perdido el hábito de publicar las cosas que hacían que esto fuera un lugar concurrido semanalmente. ¿Qué puede haber ocurrido?¿Está la SGAE detrás de esto?¿Han conseguido trabajo los bloggers? puede ser, ¿pero realmente es una buena excusa?¿Vagueza y pereza? No, eso está implicito en nosotros, así que no es nada nuevo. Entonces, ¿qué pasa? La respuesta no es tan díficil. ¿Qué hay que todo lo jode y todo lo acapara para sí?

-Jode, que pregunta tan abierta, dame una pista.
-A ver tío, di lo primero en lo que estás pensando, que es eso seguro.
-Hmmm... pfff, yo que sé, ¿¿las tías??
-¡¡Bingo!!

Y ahora viene cuando he perdido el respeto de todas las feminas lectoras: Ana, María, Mireia... Jeje vaya, creo que al fin y al cabo no será tan grave.
Bueno, ahora dejando de lado bifurcaciones de personalidad y chistes machistas fáciles, he de decir que es verdad. El amor ha irrumpido en la vida de dos pobres incautos, y eso ha causado estragos dentro de este blog, y otro tipo de guarradas fuera de él. Pensaréis (o no): ¿Pero no son cuatro bloggers? - Pues sí, pero yo no he escrito casi nunca, así que en mi caso no ocurre nada raro, y Lucas está escribiendo tanto como siempre.

Pero no me malinterpretéis. El amor no es malo. De hecho el amor es una cosa bellísima, y un tanto loca. Como el agua. Hay a quién el agua le sienta de maravilla, pero mira los gremlins, es caer una gota y las cosas se tuercen. O mira los chunamis si no. Menos mal que como todo, esto tiene cura (no el amor, si no las consecuencias), y espero con ansia que en vez de echar agua, nos juntemos de una vez en Pamplona, Sarasa, Marica o donde sea y nos echemos birra, ron o lo que toque, pero que nos quitemos un poco todos la nube rosa y nos demos un par de tortitas que buena falta nos hacen. Curros, distancias y susodichas (con su permiso y respeto, y mi susodicha incluída :P) no nos permiten vernos como antes, pero pronto armaremos una y espero que ninguno falte.

Y los lectores (si es que no nos habéis quitado ya de los favoritos), pronto volveréis a tener mangurranadas como las de antes (o no). Esto suena a dicho anteriormente ¿no?. Da igual

¡¡¡¡Libertad creativaaar!!!!

jueves, 5 de junio de 2008

¡GRATIS! (viejunos inside)



Palabra mágica donde las haya. Hace que prestemos atención aunque la veamos de refilón y con la mirada desenfocada. Tiene exactamente el mismo efecto que si vemos escrita la palabra SEXO en cualquier parte. ¿por qué? porque somos unos buitres. Y en general, el ser humano es carroñero por naturaleza.
Llegado a este punto yo pregunto: ¿cuándo es más carroñera una persona? Yo respondo: ¡a partir de los 60! Digo 60 porque así no dejamos fuera a los prejubilados. Sí, vuelvo a cargar contra la tercera edad. Pero dejad de verlos como esos pobrecitos ancianos. Lo vuelvo a repetir, si han sobrevivido tantos años es porque han pasado por encima de muchos y zancadilleado a otros tantos. Son seres curtidos, supervivientes del Vietnam de la vida, los machos alfa de la manada de leones, y ahora mismo, el terror de las calles.
Una vez claro el rol social de los viejunos, voy a meterme con su instinto de recolección. ¿Habéis observado alguna vez que cuando regalan algo en algún lugar del mundo, de pronto brotan jubilados de debajo de las piedras? Da igual lo que regalen, ya sean frutas o pescado gratis de protestas sindicales, plantas de los jardines municipales, gorras de la caja rural, condones para la prevención del sida (esto manda cojones que vayan a cogerlos) o entradas para espectáculos que jamás irán a ver. La cuestión es conseguir más que el vecino. Da igual que haya para todos. El buen jubilado hará una cola en la que defenderá con uñas y dientes su posición, no permitirá que nadie se cuele y echará en cara a otros que han pasado dos veces. Aunque en esos planes tan bien hilados dentro de su cabeza se contemple la posibilidad de pasar no una ni dos, sino hasta tres veces por la misma cola para conseguir más que su rival del tute en el hogar del jubilado.
En una ocasión, en un parking andaban regalando sopas de gallina blanca. Estuve observando con paciencia sabiendo que de un momento a otro empezaría el espectáculo. Y así fue. De un momento a otro se llenó de jubilados que nadie sabía de dónde habían salido ni cómo se habían enterado de lo de las sopas. Debe ser cosa de instinto o un radar de cosas gratis que deben regalar en las excusiones del inserso. El caso es que cuando ya estaban todos rodeando la furgoneta de gallina blanca en plan buitres alrededor del cadáver de un ñu, vi que uno de los individuos se arriesgó a abandonar su posición y a paso acelerado se alejó de la carroña. No entendía bien lo que pasaba, hasta que 5 minutos después, apareció el mismo jubilado con un Opel Corsa. Ni corto ni perezoso empezó a llenar el maletero. Evidentemente a los de la furgoneta, que eran subcontratados, no sólo les importaba cuatro huevos cuántas sopas se llevara cada viejo, sino que el abuelo del Corsa les iba a acortar la jornada laboral todo lo que ellos quisieran. ¿sabéis qué pasó? Que se generó envidia, esa fuerza sobrenatural que saca el monstruo que lleva todo pensionista dentro, y pronto se inició una carrera de artríticos en busca de un coche que fue todo un espectáculo. Como era de suponer, para cuando volvieron, ya no había furgoneta.
Moraleja: Por viejo que seas, siempre habrá otro viejo más rápido, más listo y más curtido que tú.
He aquí mi reflexión de hoy. No os fiéis de la tercera edad. No sólo hay que tenerles respeto, sino que hay que tenerles miedo.