Iruña en San fermín, ese gran zoológico

Cada vez que uno va a Pamplona en San Fermín, siempre se vuelve con cosas que contar. Es un fiestón continuado de 8 noches que nada tiene que ver con nuestras tristes farras de Donosti. Pues bien, aparte de lo estrictamente farril, yo me he quedado con otros aspectos que no sé cómo catalogarlos, y como me apetece contarlo y me parece gracioso, os lo leéis y punto. He aquí mis observaciones:

1. El aforo máximo de un autobús no lo dicta el número de asientos ni el oxígeno disponible. Lo define la paciencia del busero, que en San fermines es infinita. Así pues, un autobús de línea de estos en plan acordeón puede acoger tanta gente como cualquier autobús de línea de calcuta, 300 aproximadamente (gallinas aparte); Los justos para que las puertas puedan abrir y cerrarse.
2. Los semáforos en San Fermines se limitan a dos colores, Verde y Naranja oscuro; Ambos permiten el paso y alcanzar velocidades de autopista. La policía está ocupada en asuntos importantes como el que se describe en el siguiente punto.
3. Aun habiendo robos, peleas y violaciones, la policía vela por la seguridad de la industria musical y cinematográfica y se dedica a detener a peligrosísisisisimos manteros. Matizo lo de peligrosísimos porque ahora sé cuántos maderos se necesitan para detener a un mantero: NUEVE. Ocho secretas para reducirlo y otro para mirar. Con gorro de gora euskadi para despistar. Eso sí que es ir de secreta. Un NaZional con gorro de gora euskadi. Es como verle a Arnaldo Otegi con la camiseta del Real Madrid.
   
4. Cada calle que quieras cruzar y cada bar al que quieras entrar tiene un peaje. Nadie absolutamente nadie cruza sin ser regado con ron-cola o con kalimotxo. El blanco y rojo del atuendo dan paso a los verdaderos colores de esta fiesta: el morado y el marrón sobre fondo blanco. Tu camiseta acaba con un estampado parecido al de la vaca de milka. Ahora ya eres parte de la fiesta.
5. Unos roban carteras, otros te venden a 5 eurazos bocadillos incomibles con pan gomoso de la semana pasada. Es asqueroso, pero yo me compro dos en menos de 20 minutos, por si acaso. El aspecto del bocadillo va acorde con el chef que te lo hace. Pero tienes hambre y no hay más que hablar. Póngame uno de bazofia por favor. Gracias.
6. Si no eres una "chica Buuuu"*, llevar un gorro de vaquero de piel de vaca y ser tío es señal de que eres guiri y gilipollas todo a la vez. Si además llevas unas gafas de leds de los chinos que producen ataques epilépticos, es que además de ser gilipollas, sabes que lo eres y te sientes orgulloso. Adelante pues, el mundo está lleno. Perteneces a un gran colectivo y siempre encajarás.
   
7. No es que la gente sea mucho más abierta en San Fermines. No es cuestión de actitud, es cuestión de alcohol en sangre. La gente no se abre más. Bebe más. Y eso lleva a que la gente te hable, baile con una clase sólo vista en los mejores videos de Carlton Banks y te cuenten sus vidas. Qué bonita fiesta.
8. San fermín es una fiesta de concentración de narcolépticos. Es más, es la fiesta de la narcolepsia. Me faltan dedos en las manos para contar guiris durmientes en cualquier acera. Y si digo acera no me refiero a campa, rotonda ni nada que tenga hierba. Me refiero a un cochino bordillo de hormigón donde incomprensiblemente encuentran postura. Y tú que pensabas en comprarte un viscolatex de Lomonaco!
   

Ahora mismo no me vienen más cosas a la cabeza, pero tenía que actualizar. Todo sea porque desaparezca de portada el video ese de star wars que posteó Chacho, que cada vez que entro al blog me pega sustos. Lamento que para ello tenga que desaparecer primero el video del niño drogado del dentista. En fin, podéis añadir vuestras propias observaciones en los comentarios.

*Referencia a capítulo de "How I met your mother", que si no lo has visto, ríete para no parecer idiota y ya está.