Tercera semana de Septiembre en Donosti. Como todos los años, festival de cine. La ciudad se convierte en centro cultural del universo y punto de reunión del gafapastismo y todo el rollito underground/emo/indie o como preferimos llamarlos el resto de los mortales, MAMARRACHOS;
Vas por la calle y te cruzas con el panoli de turno. Despeinado, gafas de pasta, camiseta de Sex Pistols/Ramones/The Clash/Dead Kennedys/Cockney Rejects (en general cualquier grupo punk setentero de vocalistas fiambres que ellos jamás se han parado a escuchar), americana mod británico con chapitas de Jack de "Pesadilla antes de navidad" (recordemos que Tim Burton es Dios en este gremio), y por último...TATATACHÁNTACHÁAAAN...la acreditación del festival, que no se la quitarán ni para ducharse.
La acreditación del festival de cine de San Sebastián es como un carnet VIP que te distingue del pueblo llano, de los intocables. Los acreditados llevan colgando sus acreditaciones como si se tratara de medallas de oro olímpicas. Convierte al más panoli en un ser respetable. Y en semejantes circunstancias ¿para qué quitársela? Da igual que no la vayas a necesitar. Es de vital importancia llevarla por fuera y que todo el mundo te vea para admirarte por tu...tu...tu...tu puta madre.
Estos días Donosti me pone de mala leche. Sinceramente, ver a tanto idiota con semejantes aires me pone de mal humor. Pero cuando reálmente llego al nirvana del odio es cuando el mamarracho de turno pertenece al jurado joven. Esta gente, que rara vez supera los 20 años, son los que más visible llevan la acreditación. Aunque se diferencie a kilómetros de las del resto de acreditados (horizontales en vez de verticales) y no sirva ni para limpiarse la zurraspa, estos aspirantes a mamarrachos las lucen como si hubiera que hacerles reverencias a su paso. Una ostia bien dada a mano abierta y rodabrazo. Eso es lo que merecía alguno.
Bueno, que sepáis que tanto odio tiene su justificación. Yo he estado ahí dentro, trabajando, con acreditación. Y al igual que mis compañeros de trabajo, según salíamos de trabajar, la acreditación desaparecía hasta el día siguiente. Y es por eso que estoy aquí largando sobre culturetas de palo. Porque a mi forma de ver, ensucian mucho el trabajo de verdaderos profesionales, ¡¡¡¡¡¡COMO ANA!!!!!!
Hoy no hay foto, lo siento. Pero bueno, siempre podéis ver lo guapo que soy en mi perfil. Abstenerse cualquier comentario acerca de esto último o seréis blanco de mi ira en próximas entradas. MUAHAHAHA!!! cuánto poder!
Ale, hasta la próxima.
lunes, 22 de septiembre de 2008
lunes, 15 de septiembre de 2008
¿hay algo más inutil que las monedas de 1 céntimo?
Me respondo yo mismo. Sí, la moneda de dos céntimos. Y es que estas monedas las hicieron para rellenar, para mantenernos engañados a aquellos que estimamos nuestras riquezas según el peso de nuestra cartera.
En todos estos años que llevamos usando euros, creo que nunca jamás he utilizado conscientemente estas chatarras. Y es que el mundo que nos rodea es muy listo. Mejor dicho, estamos rodeados de listos que buscan sin descanso cómo darnos por el culo. ¿habéis visto alguna máquina de cocacola que acepte monedas inferiores a 5 céntimos?¿alguna de tabaco?¿la máquina de la O.T.A? NINGUNA! Y es que estas moneditas, aparte de estorbar en la cartera, sólo tienen una finalidad: cuadrar los cambios de los chiquiprecios. Es la forma en la que las grandes superficies nos castigan. Es la contrapartida por haber rebajado sus precios al fabuloso precio de 2'99€ (y antes valía 3€ señora, mire oiga!!!).
Si se os ocurre alguna utilidad de verdad aparte de usarla para los pozos de los deseos, los mendigos cansinos y las chapitas de souvenir, me la contáis. Y nada de descarrilar trenes que sois unos bándalos, que para eso se inventaron los sofás cama cruzados en la vía.
Otro día hablaré de jubilados, de nuevo, que tengo más cosas que decir.
sábado, 6 de septiembre de 2008
Los BORDERLINE: cerebros en tierra de nadie
Estoy de vuelta, no como para echar cohetes, pero qué coño, sigo siendo jodidamente gracioso y no podía pasar más tiempo sin decir chorradas por aquí. Prometí algo gordo, pero no estoy preparado todavía para plasmarlo en el blog. Aun así, os prometo que llegará el día en que lo suelte. Ana de hecho ya escuchó en persona un adelanto de esa futura y grandiosa entrada. Pero de momento toca esperar.
Así pues, centrémonos en lo importante, la chorrada de hoy. Una vez más, voy a adoptar la actitud de jubilado aburrido y me voy a cagar en la madre de alguno. Hoy les toca a los BORDERLINE. ¿y qué es un borderline? Pues yo os lo diré. Un borderline es aquella persona que sin ser oficialmente retrasada mental, es el más tonto de entre los "normales". Y con la mala suerte de ser tonto y normal a la vez, no gozan de los privilegios y respetos que se les concede a los oficialmente retrasados. Y es que realmente es una putada ser un borderline, porque te encuentras entre dos aguas. Los oficialmente retrasados y la gente común. En este punto, no eres un pobre retrasado. Eres el tontolaba, el idiota, el cortico, el que no pilla los chistes, el que está todo el día con la boca abierta, la mirada perdida y el moco colgando. No gozas del trato que reciben los que tienen un mayor retraso que el tuyo ni el que tienen los que son intelectualmente más avanzados. Estás totalmente desamparado. Demasiado tonto para aspirar a algo importante y demasiado listo para trabajar en GUREAK. Parece que no hay salida...¡PUES NO! ¡Hay luz al final del tunel! Y...¿quién podrá contratarte? ¡El patronato de deportes de Donosti!
Posiblemente os estaréis preguntando cómo he llegado a semejante conclusión y a qué viene lo del patronato de deportes de Donosti. Si os lo estáis preguntando es que no os habéis sacado la Kirol Txartela (Tarjeta de deportes para los no donostiarras). No al menos en el polideportivo de Bentaberri como hice yo. Lugar donde mora el mayor destructor de mentes y paciencias de toda la humanidad. Sólo en ese lugar uno puede ir con el formulario de inscripción rellenado y pagado y aun así tardar 30 minutos de reloj en realizar el trámite, no sin antes hacer una cola de 40 minutos con sólo dos personas delante.
En fin, ahí estaba él, encargado de realizar las inscripciones, tecleando en el ordenador en tiempo bala de Matrix pero al revés (jamás conoció el Fastype). Con la mirada en el infinito de la pantalla y rascándose la barbilla como si estuviera decodificando mentalmente el genoma humano. Una cara de esfuerzo mental extremo que chocaba con lo que el tipo tenía en la pantalla: una ficha en la que rellenar los huecos con mi nombre, DNI, fecha de nacimiento y forma de pago. Pues bien, a los 30 minutos culminó el trabajo. No sin antes decirme que la máquina de hacer tarjetas se había estropeado, y que la tendría al día siguiente. Bueno, mal menor, estas cosas pasan. Sin embargo, a medida que han ido pasando los días, se me ha ido agotando la paciencia. Y es que día a día me ha ido diciendo que para mañana. Hemos entrado en bucle. Yo voy, hago mi cola diaria de no menos de 20 minutos de brillante eficiencia laboral del susodicho y este me dice que para mañana. Al principio me parecía hasta simpático. Hoy ya sólo me apetece arrearle con un bate hasta que intelectualmente cruce la linea y pueda entrar a currar en Gureak. Definitivamente me ponen nervioso. No tengo registro para los borderline, sí en cambio para los retrasados y para la gente común. Pero estos, demasiado listos para creer en su inocencia y demasiado tontos para que respondan como yo espero. Es como que tengo la sensación constante de que en el fondo se está riendo en mi puta cara. Si es que al final, todos y cada uno de los seres vivos de la tierra (y puede quealguna piedra también) pueden acabar riéndose de mí sin que pueda hacer yo nada. La vida es injusta amigït@s.
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